"Mierda,....¡Mucha mierda! |
“¡Mierda!,… ¡Mucha mierda!, esta expresión anda muy ligada al
mundo del espectáculo. Encontrar las puertas de un teatro lleno de mierda en la
representación de una obra, era garantía de asegurar una recaudación para los
actores. En aquella época, allá por el siglo XVIII, eran los pudientes los que
acudían a estas actuaciones artísticas. Supongo que la cantidad de mierda
depositada a las puertas del teatro, aseguraban unas monedas a los actores y,
seguro que también otras gentes, bastante menos pudientes, se afanaban a
recoger los excrementos para utilizarlos como estierco y abonar la tierra.
Aquella mierda creaba un círculo sostenible.
En esta reflexión me hallaba, para tratar de entender la
mierda encontrada en plenas puertas de las Lagunas de Villafranca, Reserva
Natural y de la Biosfera, donde una “taza”, sostenedora de posaderas y con ello
conductora de deshechos fecales de seres vivos del tipo mamíferos y del género
humano, seguida de los “excrementos” que
acompañan una obra. Toda esta secuencia
de mierda, me mantenía en discóbola reflexión.
Nido de cigüeñas fabricado por los voluntarios de las Lagunas |
Descartada la posibilidad de ser una mierda en circulo
sostenible, me lleva a la alarmante conclusión: Alguien, del genero animal,
mamífero y humano, con posibilidad de estar revestido de cualidades trogloditas,
le importa una mierda el llenarnos con “excrementos” y deshechos nuestro
espacio natural y los principios que otros de manera desinteresada defienden
con actos tan significativos como limpiar o plantar vegetación en nuestras
lagunas.
Grupo ciclistas por los caminos de las Lagunas durante la Semana Santa. |
Los escombros vertidos, bajo la desididia del bárbaro/a que
los tiró, lo convierten en un vil desaprensivo de unos hechos que van más allá
de una simple gamberrada producida a las mismas puertas de un Humedal Reserva de la Biosfera, con mil y
una protección. Este tipo de actos tienen un carácter inmoral, por la falta de
respeto hacia los demás, Ilegal por incumplir la normativa vigente y sobre todo
daña la imagen y el esfuerzo por poner en valor este espacio natural tan
peculiar.
Inmoral y legal nos obliga a replantear modos y maneras para
que estos hechos no se produzcan, pero el de imagen se requiere una respuesta
rápida y precisa para que desaparezcan
cuanto antes “las mierdas vertidas por un sinvergüenza”, y para este último
sólo hace falta decisión, porque día que pasa día, día que se está trasladando
la imagen de una zona en proceso irreversible de degradación y en decadente
abandono.