Al Oeste de la laguna Chica y en un
promontorio sobre el terreno que circundan esta parte de los Humedales de La
Mancha se vislumbra una chimenea en color rojizo y de inquietante equilibrio.
Este singular señuelo marca una oquedad escondida que brota de las entrañas de
la tierra: Es la chinforrera del Tío Goyo. Su construcción en forma de rendija
camuflada entre el cielo y la tierra abre sus vistas hacia la laguna Chica,
cuan atalaya testigo de amaneceres, donde soñolientos rayos solares despiertas sus
energías foto energéticas en estas aguas del Corazón de La Mancha.
A la vanguardia de esta singular rendija unos lineales pinos,
pistachos, taraiz y arbustos despliegan anárquicas ramas flanqueados por silvestres
e indolentes plantas.
Entre medias de este paisaje una
figura despreocupada e inhibida en sus quehaceres y pensamientos se mueve arrítmicamente,
posando una mirada vivaz y localizadora obligando a recoger ramaje que abraza
entre sus brazos, él es el Guardián de las Lagunas. Persona tímida y callada, pero de solidas convicciones y solidarios hechos, tatuada de un profundo arraigo a
esta penetrante Tierra Roja empapada de anhelada agua, que da fuerza y vida al soberbio paisaje
que sostiene su atalaya.
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