Es desde el alba, antes de las
primeras horas de la mañana y cuando el sol se sitúa en los albores del
horizonte; ¡así!, desde esos momentos, el bamboleo de una calurosa bruma va
extendiendo sus tentáculos por la Ancha Mancha.
La Mancha, en verano, es aquel
lugar donde los amarillos secos invaden los amplios campos, es el lugar donde se
imponen los sonidos rotos por el peso del calor y es el lugar de fuertes olores
impregnados de soporífero calor. Así es el verano en mi Tierra, La Mancha.
Tierra abierta e inmensa de fuertes veranos, donde el sol no deja sombra y es
en esta inmensidad de duros paisajes donde aparece el agua, oasis de frescor,
de sosiego, de descanso, de veraneo,… Un lugar donde el verano es agua, así es
mi Pueblo, donde las lagunas son un mar de aguas de frescor que combaten contra
la esplendorosa aurífera corona del dios Helios.
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