Es un espectáculo que nos descubre
todo aquello que el agua esconde. Es sorprendente, inhabitual y distinto, por
ello a nuestro ojos causa un paisaje de pasión única; pero todos sabemos
que “esto no es normal”, que “no es deseable”, que “es preocupante”,…
Cambio Climático, sequia,
alteración de manera artificial el estado de la atmósfera y un sinfín de
terminología técnica que justifica nuestra conciencia individual y colectiva de
que hemos hecho lo que hemos podido o ha estado en nuestras manos.
Pero la extraña belleza de unos
Humedales secos y resquebrajados nos susurran palabras como abandono, mala
planificación, despreocupación, desinterés,…
No sé dónde está el término medio,
pero cuando el diagnóstico anuncia muerte, ya da igual, porque su paisaje agónico
es la firma de nuestro propio fracaso por ser unos incompetentes del buen hacer
y defender.
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