miércoles, 9 de abril de 2014

Observando

Observatorio, 25 de enero 2014
La capacidad que el ser humano tiene para observar, está definida por el objeto concreto de esa observación, no es lo mismo observar científicamente o investigativamente, y dentro de cada una de estas observaciones, según la búsqueda, le seguira un método, racional y lógico que justifique sus resultados.

Dicho esto parece que observar, viene a ser un acto que requiere un esfuerzo y  conocimientos (de saber), quiero con ello decir, que esta capacidad especifica de atención parece estar más cerca de la faceta laboral.

Pero al igual que  los grandes avances utilizados bajo criterios labores y de su puro rendimiento, muchos han pasado a ser parte de de nuestra vida cotidiana, para aportarnos calidad de vida y comodidad.

Consecuentemente, observar, en el ámbito de nuestro ocio, se convierte en placer, y de esta atenta mirada, además de producir una evasión bucólica de los problemas diarios, esta misma observación nos produce ell placer de disfrutar y entender lo que nos rodean. Si a esta atenta observación “ociotica”, le añadimos la posibilidad de hacerlo de manera cómodamente desapercibido, obtenemos la pura satisfacción de ver las cosas como son sin nuestra intervención, es decir el ocio se convierte en pura magia.

Hace meses, dentro de mi correr por nuestras lagunas observe que en la lagunas Chica se había instalado un observatorio. Su ubicación ideal, su construcción adecuado al entorno, su interior en proporciones y capacidades adecuadas, con posibilidad de sentarse y de abrir y cerrar ventanas, en definitiva han instalado el elemento adecuado para observar, él que así lo desee, de manera ociotica.

Han pasado los meses, y alguna que otra visita he hecho, el pasado 4 de abril (viernes), fue mi última presencia en el susodicho y referenciado observatorio. Abrí la puerta, entre, cerré y observe: Suciedad, ventanas rotas, tablillas por los suelos. Observe un observatorio que mostraba unos pasos agigantados de deterioro intencionado, irrespetuoso, de personas-animalescas que  han de ser adiestrado en la educación y el respeto, antes de poder hacer uso de estos “aparatos de observación ociotica”.

Creo que no estamos para tirar ni mondas de naranja, porque con ella podemos hacer compost, también creo que aun sabiendo que edificaciones como estas van a sufrir un doble deterioro: 1.-El normal del tiempo y uso  2.- Y el más destructivo que es el del humano-asilvestrado. Dicho lo cual, queda como verdad observable y demostrable, tanto científicamente como empíricamente, que el deterioro de un objeto se producen por dos fuerzas: La del desgaste y la de la destrucción.

Cuando se toma la determinación de poner un objeto  en un lugar que está sometido a estas dos fuerzas de desgaste y destrucción, se ha de ser capaz de articular las formas y maneras para un adecuado mantenimiento, porque si esto no se produce añadimos otra tercera fuerza de destrucción que es la dejadez  o despreocupación.

Y cuando se dan las tres de (desgaste, destrucción y dejadez), ocurre que con lo mal que andamos, sólo hemos sido capaces de tener la naranja en las manos, de destrozarla en la monda y de tirar gajos y monda, sin tan siquiera ser capaces de hacer compost por pura dejadez. Eso sí, culpable la crisis.

Para animar un poco a la observación ociotica, aquí una muestra de dos tipos de patos, quizás me equivoque en sus nombres, lo que es cierto es que patos son porque en las aguas flotan:

Laguna Chica, 04/04/2014
Pato Colorao
Laguna Chica 04/04/2014
Pato Cocacolo


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